La banda de synthpop Turboweekend fue una de las joyas de la escena musical danesa entre 2008 y 2016. Luego, desaparecieron de la faz de la Tierra. Pero ahora han regresado—celebrando su reencuentro con un nuevo álbum y cuatro conciertos con entradas agotadas en Vega, Copenhague.
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La noche del jueves en Vega fue histórica y electrizante. Turboweekend ha vuelto, y desde el primer acorde se adueñaron del escenario—y de su leal séquito. O mejor dicho: desde la primera línea de bajo magnética y poderosa, acompañada de un bombo que sacudía los cimientos. Esta banda siempre ha contado con una sección rítmica formidable que impulsa la mayoría de sus temas con autoridad y energía bruta.
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Turboweekend posee un talento único para crear una atmósfera intensa en su música—al mismo tiempo nostálgica y atemporal. Es impresionante cómo todavía logran despertar emociones tan fuertes en el público, especialmente al interpretar temas icónicos de su catálogo anterior.
Abrieron con su majestuoso éxito “After Hours.” Más tarde, el frontman Silas Bjerregaard se lanzó sobre la multitud, y en el clímax del segundo estribillo, se alzó de pie sobre los hombros de su congregación y susurró—luego gritó—el estribillo de “Trouble Is.” Como un dios.
